
Entre ratas, pestilencia y propaganda, la basura cubana se convierte en patrimonio nacional… por exceso de presencia
La Habana – La locutora Laritza Camacho, conocida por no tener pelos en la lengua (ni guantes para tocar temas calientes), volvió a remover el contenedor de lo “intocable” y publicó un post demoledor sobre el estado de la basura en Cuba. Y no, no se refería a la programación de los domingos en la TV nacional, sino a la de verdad: la que se acumula en esquinas, solares, portales y hasta debajo de los carteles de “Somos Continuidad”.
En su publicación en Facebook, con una mezcla de sarcasmo y desesperanza, Camacho soltó una frase para la historia (o para exportación, según ella misma):
“Cuba podría ser una excelente exportadora de basura… porque admitir hay que admitir que tenemos basura para exportar. Lo que no tenemos es dinero para procesarla. Y claro, tampoco conciencia.”
🧪 Basura, hepatitis y falta de dipirona: un cóctel muy cubano
Camacho no solo denuncia el impacto visual y ambiental de la situación, sino que lanza un dardo directo al corazón de la crisis sanitaria más grave que ha vivido Cuba en décadas:
- Sin medicamentos.
- Sin personal especializado.
- Sin infraestructura.
- Y con basura como para llenar tres provincias más.
“La pestilencia y las ratas, la hepatitis y los virus de la materia orgánica que se descompone” son, según ella, parte del paisaje habitual en cualquier ciudad del país. Un paisaje que se acompaña de slogans y murales mientras el dengue hace fiesta entre las moscas y las aguas estancadas.
🚛 Propuestas realistas en un país que funciona por milagros
Lejos de limitarse a criticar, Laritza propuso ideas concretas que, por supuesto, el sistema jamás aplicará:
- Crear Mipymes recolectoras de residuos
- Establecer clasificación básica de desechos
- Implementar composteras comunitarias
- Convertir los residuos en empleo digno y conciencia ambiental
Pero como ella misma advierte, “esa basura mezclada no genera ingresos, ni conciencia ciudadana, ni felicidad alguna”. Aunque podría generar… discursos, claro está.
🎤 Patriotas del reciclaje (pero sin discurso de barricada)
Camacho ironizó también sobre la desconexión entre la propaganda oficialista y la realidad cotidiana, con un estilo que mezcla sátira y sentido común:
“Las pacas no tendrían que decir Patria o Muerte… cada basura recogida evita muertes, enfermedades y plagas… o sea, son buenas para la patria.”
Y como si eso fuera poco, dejó caer una propuesta de eslogan que bien podría aparecer en el próximo Congreso del Partido:
“¡Basura contra bloqueo!”
Porque si algo sabe el sistema cubano es convertir cualquier desastre interno en consecuencia del embargo. Aunque ni el imperialismo ha sido tan eficaz como un contenedor desbordado sin recoger por semanas.
🚫 Ni reciclaje de ideas, ni recogida de escombros
Laritza ya ha hablado antes de burocracia, escasez, abandono. Pero esta vez, la basura le dio excusa para tocar todos los nervios del sistema con guante de goma (porque con las manos limpias, nadie se acerca a un basurero cubano).
Y al cierre, lanzó un mensaje no a los políticos, ni a los burócratas, sino a los verdaderos dueños de las calles:
“A los que deciden, les digo que es URGENTE. No vaya a ser que un día nos pongamos a discutir por la basura… esa, al menos en Cuba, alcanza y sobra.”
🧾 Basura como síntoma, no como accidente
En un país donde el pan se perdió, la carne es imaginaria, y el jabón es producto de contrabando, la basura no es un residuo: es síntoma. De abandono, de parálisis institucional, de resignación colectiva. Y ahora, también, es discurso público incómodo gracias a voces como la de Camacho.
Quizás no hay camiones, ni combustible, ni política pública, pero sí hay una certeza:
“Cuba no tiene reciclaje… pero tiene memoria, y esa no se tapa con una capa de cemento y eslóganes.”