La administración Trump endurece su política migratoria con redadas, vigilancia digital y nuevas amenazas legales
Washington D.C. – El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) lanzó una advertencia directa y sin rodeos a los inmigrantes con procesos abiertos o antecedentes migratorios irregulares:
“No duden de nuestra capacidad investigativa.”
El contundente mensaje, publicado en su cuenta oficial de X (antes Twitter), acompaña la noticia de la detención de dos inmigrantes con órdenes finales de deportación en Charlotte, Carolina del Norte. Según USCIS, ambos fueron identificados gracias a una operación conjunta con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en una señal clara del reforzamiento del control migratorio bajo la administración de Donald Trump.
🔍 Vigilancia más agresiva y alianzas reforzadas
El comunicado forma parte de una ofensiva más amplia que marca los primeros meses del nuevo mandato presidencial de Trump, iniciado en enero de 2025. En apenas 100 días, su administración ha ordenado la deportación de más de 65,000 inmigrantes indocumentados, duplicando las cifras alcanzadas en periodos equivalentes de gobiernos anteriores.
Además, la Casa Blanca ha solicitado formalmente a la Corte Suprema el poder para revocar discrecionalmente estatus migratorios, incluyendo residencias permanentes y ciudadanías, en casos que consideren una amenaza a la seguridad nacional.
💻 Redes sociales bajo la lupa
Otro elemento central en esta ofensiva es el monitoreo intensivo de la actividad digital de los solicitantes de beneficios migratorios. Desde marzo, USCIS ha ampliado sus facultades para revisar las redes sociales, interacciones digitales y publicaciones públicas de quienes aplican a residencias, visados o permisos especiales.
La medida, aunque justificada por el gobierno como una herramienta para “detectar inconsistencias”, ha generado fuerte preocupación entre defensores de derechos civiles, quienes advierten sobre el riesgo de violaciones a la privacidad y errores de interpretación.
🎤 El caso de El Funky y las condenas “políticamente válidas”
Uno de los casos que ha generado mayor controversia es el del rapero cubano El Funky, cuya solicitud de residencia permanente fue rechazada tras ser acusado de tener antecedentes penales en Cuba.
El artista, conocido por sus críticas al régimen cubano, habría sido condenado por delitos que organizaciones defensoras de derechos humanos califican como políticos, pero USCIS sostiene que la ley migratoria estadounidense no distingue entre condenas por origen político o común.
Este caso ha encendido las alarmas en la comunidad artística y entre activistas pro inmigración, al considerar que la política actual podría ser usada como herramienta de silenciamiento para figuras incómodas.
🛂 “La visa es un privilegio, no un derecho”
El clima político también se ha endurecido a nivel diplomático. En abril, el secretario de Estado Marco Rubio recordó que tener una visa estadounidense no es un derecho garantizado.
“Cualquier conducta contraria a los intereses de seguridad nacional puede llevar a la revocación inmediata del visado o estatus migratorio,” afirmó en una conferencia en Miami.
🧾 ¿Qué busca USCIS con esta nueva postura?
El mensaje es claro: ningún caso quedará sin examinar. Desde la colaboración más estrecha con ICE, hasta el uso de inteligencia artificial y vigilancia digital, USCIS reafirma su intención de actuar con mayor dureza bajo la línea política trazada por el presidente Trump.
Con esta advertencia pública, la agencia parece cerrar la puerta a la tolerancia migratoria, reafirmando que la era de flexibilidad y enfoque humanitario quedó atrás.
🎯 Conclusión
El endurecimiento migratorio no es nuevo, pero la combinación de redadas, vigilancia digital y presión legal sí marca un giro más radical. En un contexto donde miles de inmigrantes enfrentan procesos pendientes o viven con temor a la deportación, la advertencia de USCIS no es solo un mensaje: es una declaración de guerra administrativa.
Para los defensores de los derechos humanos, lo preocupante no es solo lo que se hace, sino cómo y contra quién se aplica.