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Esta mañana, en Marianao, un incendio consumió algo más que cables y tecnología obsoleta: dejó a más de 400 clientes de ETECSA sin telefonía fija… justo en un país donde la comunicación ya es una carrera de obstáculos sin llamar.

El gabinete técnico —ubicado en la esquina de 120 y 49— fue víctima de un fuego que no solo interrumpió servicios, sino que también encendió la frustración de quienes aún dependen del teléfono fijo para hablar con familiares, hacer trámites o simplemente escuchar el tono de llamada como acto de fe.

ETECSA, como siempre tan veloz con las disculpas como lenta con las soluciones, publicó un comunicado donde lamenta “las molestias ocasionadas” y promete trabajar “con celeridad” para restablecer el servicio. La celeridad, por supuesto, es un concepto relativo cuando se trata de tecnología estatal en Cuba.


El fuego no se apaga con excusas

Aún se desconoce qué causó el incendio, aunque no faltan teorías populares: desde cortocircuitos provocados por equipos de la era soviética, hasta algún alma desesperada que pensó que quemando el gabinete lograría más que llamando a atención al cliente. ETECSA asegura que se abrirá una investigación, lo cual suena a preludio de un silencio prolongado.

Lo cierto es que los clientes afectados no solo han perdido la línea: han perdido la paciencia. En una isla donde el internet es intermitente, los móviles son un lujo y las colas para recargar saldo son otro deporte nacional, el teléfono fijo aún representa un salvavidas. Hoy, ese salvavidas arde.


¿Tecnología o reliquia?

El incidente en Marianao es solo una muestra del deterioro tecnológico que sufre la infraestructura cubana. Gabinetes oxidados, cables improvisados, postes inclinados como metáforas del país… todo forma parte del paisaje urbano que ni el fuego logra renovar.

Mientras tanto, las brigadas técnicas ya están “evaluando los daños”, una frase que, traducida del lenguaje oficial, significa: espere sentado. Porque entre evaluación, planificación, escasez de piezas y almuerzo colectivo, la espera puede ser más larga que la lista de quejas sin respuesta.


Comunicación en pausa, frustración en alta definición

Los residentes afectados han expresado su preocupación, aunque “expresar” es casi un lujo cuando no puedes llamar ni para quejarte. En Marianao, más de uno se pregunta si la desconexión será solo temporal o si, como tantas otras cosas en Cuba, pasará al terreno de lo permanente bajo el manto de la “normalización”.

ETECSA recomienda seguir sus canales oficiales para actualizaciones. El problema es que sin línea, sin conexión y sin fe, los canales oficiales solo sirven para repetir lo que ya sabemos: el servicio está caído y la credibilidad también.


Conclusión: En Cuba, cuando no falla la señal, se incendia el equipo. Y cuando no se va la luz, se va la línea. La única conexión estable es con la resignación.

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