
rmando Campuzano, veterano narrador deportivo cubano, ha roto su habitual silencio para denunciar la manipulación de los contenidos en la televisión estatal de la isla. En una entrevista que se ha hecho viral, el periodista describe cómo las decisiones editoriales se toman “desde arriba”, con guiones impuestos que distorsionan la información y coartan la libertad de los comunicadores. Su testimonio revela las presiones internas, el control político de la narrativa y el impacto que esto tiene sobre la credibilidad de los medios y la confianza del público.
Contexto: el rol de la televisión en Cuba
Desde 1959, la televisión en Cuba ha sido un instrumento esencial del Estado para difundir sus mensajes y reforzar la ideología oficial. Con escasos canales y sin competencia privada, el medio ejerce un monopolio de facto sobre la audiencia televisiva. Durante décadas, los periodistas deportivos como Campuzano han sido valorados por su capacidad de llevar emoción y emoción al público, pero siempre dentro de los límites marcados por la cúpula del Partido Comunista.
La falta de pluralidad informativa y la obligatoriedad de ajustar los contenidos a la línea oficial convierten cada emisión en un delicado ejercicio de equilibrio entre el espectáculo y la propaganda. Campuzano señala que, más allá de la selección de noticias, existen “guiones” detallados que dictan el tono, los énfasis y hasta las pausas dramáticas, tal como en una telenovela mexicana.
El testimonio de Campuzano: verdades desde el estudio
“Más guión que en una telenovela mexicana”
Campuzano relata que, en su etapa como narrador en los noticieros y programas deportivos, debía seguir instrucciones precisas sobre qué temas resaltar y cuáles omitir. “A veces me pedían que hablara de un partido como si fuera la final de un mundial, y al día siguiente no mencionaran ni una palabra de un hecho político relevante”, cuenta. Esta discrepancia entre lo urgente y lo autorizado genera desconfianza en la audiencia, que “lee entre líneas más de lo que se dice”, en sus propias palabras.
Presiones y autocensura
El periodista describe un ambiente de presión constante: revisiones de guion, intervenciones de directores políticos y la amenaza implícita de represalias profesionales si alguien se apartaba del libreto. “Terminar el noticiero y tener que pasar por la oficina del director para ‘revisar detalles’ era parte del show”, recuerda Campuzano. Este mecanismo de control interno fomenta la autocensura: los comunicadores aprenden a no preguntar, a no indagar y, sobre todo, a no contradecir.
Anécdotas reveladoras
Entre las historias compartidas, Campuzano recuerda un episodio en que le ordenaron describir un entrenamiento de béisbol como un “acto de reafirmación revolucionaria”, equiparando el rendimiento deportivo con la fidelidad al proyecto político. “Tuve que detenerme y pensar: ‘¿Esto es un juego o un mitin?’”, afirma. Detalles como este ilustran cómo se fusionan el deporte y la propaganda, desdibujando la línea entre información y adoctrinamiento.
Impacto sobre la audiencia y la credibilidad
La manipulación de contenidos desgasta la confianza del público. En una era de redes sociales y acceso a fuentes externas, los televidentes cubanos saben que “hay más detrás de la cámara”, como comenta Campuzano. El efecto es doble:
- Desafección: Muchos jóvenes ya no ven la televisión estatal, buscan alternativas en YouTube, Telegram o VPN que les permitan sortear la censura.
- Escepticismo: Quienes siguen el canal oficial lo hacen con desconfianza, conscientes de que reciben un relato parcial.
Este desencanto abre espacios para el rumor y la desinformación, ya que la falta de información veraz estimula la circulación de versiones no verificadas.
Hacia una prensa libre: desafíos y oportunidades
Controles internos vs. independencia
Campuzano subraya que mientras los guiones sean impuestos jerárquicamente, no habrá periodismo libre en la televisión cubana. Aboga por mecanismos de transparencia editorial y la creación de un consejo de periodistas con capacidad real de decisión sobre contenidos.
El papel de las nuevas tecnologías
La migración de audiencias a plataformas digitales ofrece una oportunidad: webs independientes, podcasts y canales de streaming pueden convertirse en alternativa para el periodismo deportivo y de actualidad. Sin embargo, la limitación de acceso a Internet y la vigilancia gubernamental siguen siendo obstáculos.
Formación y ética profesional
Para Campuzano, es vital fortalecer la formación ética de los comunicadores: “Saber narrar un gol está bien, pero hay que aprender a decir la verdad aunque duela”. Propone talleres de autocensura consciente y redes de apoyo entre periodistas, dentro y fuera de la isla.
Conclusión: el valor de romper el silencio
Armando Campuzano ha puesto en el tapete una realidad que muchos sospechaban pero pocos se atrevían a articular en voz alta. Su testimonio no solo denuncia la manipulación de la televisión cubana, sino que encarna la necesidad de un periodismo libre, capaz de enfrentar los guiones oficiales y recuperar la confianza de la audiencia.
En un escenario donde “la prensa libre no se improvisa, pero sí se contagia”, como bien dice El Cubano Rebelde, cada palabra valiente cuenta. El desafío ahora es transformar ese contagio en un movimiento sostenido que abra espacios reales de independencia informativa en la isla.