
Ana de Armas parece estar viviendo su propio thriller fuera de la pantalla, pero esta vez sin guion y con dos coprotagonistas que no podrían ser más distintos: Tom Cruise, el rey del star system de Hollywood, y Manuel Anido Cuesta, el reservado hijastro del presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
Las especulaciones comenzaron a encenderse tras la reciente aparición de Ana junto a Tom Cruise en Londres, saliendo juntos de la fiesta por el 50 cumpleaños de David Beckham. Ella, vestida para pasar desapercibida; él, sonriendo con ese aire de misión imposible. Sin embargo, mientras las cámaras capturaban la escena, en Cuba y entre la diáspora cubana, la pregunta era otra: ¿qué pasó con Manuel Anido?
La trama del triángulo
Hasta hace pocos meses, Ana y Anido eran un rumor constante en los círculos cercanos al poder cubano. Cenas en Madrid, escapadas a lugares discretos y el evidente sigilo con el que ambos manejaban la supuesta relación. Pero ahora, con Cruise entrando en escena —y en helicóptero privado, para más señas—, el guion parece haber cambiado.
En febrero, se les vio juntos en Londres, justo en el Día de los Enamorados. Desde entonces, los encuentros entre Ana y Tom han sido más frecuentes, y el rumor de un romance ha crecido como espuma. ¿Es Cruise un simple socio artístico o un interés romántico que amenaza con hacer caer el castillo de naipes que Ana mantenía en la sombra?
Mientras tanto, Manuel Anido guarda silencio. Sin fotos, sin declaraciones, sin señales de vida pública. Un contraste marcado con Tom Cruise, quien sigue siendo uno de los actores más mediáticos y vigilados del planeta.
¿Qué busca Ana? ¿Qué busca Cruise?
La pregunta que muchos se hacen es si Ana está realmente interesada en Tom Cruise o si se trata de una jugada estratégica. Después de todo, Cruise no solo es uno de los actores más influyentes del momento, sino también un experto en relaciones públicas que sabe cómo vender una historia.
Ana, por su parte, ha demostrado que maneja las cámaras tan bien en la vida real como en sus películas. Desde su ascenso meteórico en Hollywood, la actriz ha sabido elegir papeles protagónicos y relaciones mediáticas que la mantienen en el foco de atención. Y ahora, con Cruise a su lado, ese foco es un reflector gigante.
Sin embargo, en el trasfondo, sigue la sombra de Manuel Anido Cuesta. Un hombre con conexiones directas al poder en Cuba, pero cuyo perfil público es prácticamente inexistente. ¿Podría Anido aceptar ser relegado por una estrella como Cruise? ¿O estamos ante una relación abierta en la que Ana mantiene a ambos intereses simultáneamente?
Ana de Armas: ¿Ícono o cómplice?
Más allá del triángulo amoroso, lo que muchos cubanos cuestionan es el silencio político de Ana. Nacida en La Habana, formada en La Colmenita —la cantera de artistas “revolucionarios”— y ahora codeándose con las élites de Hollywood, su figura representa un contraste inquietante.
Por un lado, se muestra como la estrella internacional que triunfa en un sistema que premia la libertad y el talento individual. Por otro, su aparente relación con Anido, un miembro de la élite política cubana, lanza un mensaje ambiguo. ¿Es Ana de Armas una cómplice silenciosa del régimen? ¿O simplemente está jugando a mantener todas las puertas abiertas?
En cualquier caso, la trama sigue abierta y el desenlace es incierto. Mientras Tom Cruise vuela en su helicóptero y Anido se oculta tras las cortinas del poder cubano, Ana de Armas parece seguir bailando entre dos mundos, tratando de no tropezar mientras las cámaras no dejan de rodar.