
Un accidente de tránsito en Puerto Padre enluta a dos familias y sacude a toda la comunidad.
Un accidente que marcó el 8 de mayo
El pasado 8 de mayo de 2025, la carretera de Socucho, en el municipio de Puerto Padre, provincia de Las Tunas, fue escenario de una tragedia que dejó a la comunidad en shock. Un ómnibus de pasajeros colisionó violentamente contra un vehículo particular tipo “almendrón”, dejando un saldo desgarrador: una mujer de 35 años, identificada como Niurka, perdió la vida, mientras que una joven embarazada que viajaba en el automóvil sufrió lesiones tan graves que, pese a los esfuerzos médicos, perdió a su bebé.
Las primeras informaciones, confirmadas por la Asamblea Municipal del Poder Popular de Puerto Padre, detallan que Niurka se encontraba en la parte trasera del vehículo al momento del impacto, sin posibilidades de sobrevivir al fuerte golpe. La gestante fue trasladada de urgencia a terapia intensiva con múltiples fracturas en la pelvis. Allí, pese a los intentos por salvar la vida del bebé, el embarazo se perdió, sumando otra tragedia a la jornada.
Familias destrozadas y heridas que no son solo físicas
El esposo de la joven embarazada también resultó herido, con golpes visibles y una fractura en el brazo derecho, mientras que el conductor del almendrón fue reportado en estado de cuidado. El golpe emocional para las familias involucradas ha sido devastador.
En medio del dolor, surgieron voces que exigen respuestas. Una familiar de las víctimas, la doctora Lissett Dieppa, denunció públicamente en redes sociales que el chofer del ómnibus había ingerido bebidas alcohólicas antes del accidente. Su mensaje es claro: dos vidas se perdieron por imprudencia, y no puede quedar impune.
La comunidad se une en el duelo
La noticia del accidente recorrió rápidamente el municipio. Vecinos, amigos y conocidos de las víctimas se han volcado a expresar su apoyo y su pesar. En un país donde los lazos comunitarios son profundos, cada pérdida es sentida como un golpe colectivo. Las calles de Puerto Padre están marcadas por la tristeza y la indignación, mientras las familias afectadas intentan recomponerse entre el duelo y la búsqueda de justicia.
Las autoridades locales han iniciado investigaciones para esclarecer las circunstancias del accidente. Sin embargo, la comunidad teme que, como en otros casos, las responsabilidades se diluyan y que la imprudencia al volante, especialmente cuando hay alcohol de por medio, siga cobrando vidas inocentes.
Más que un accidente: un llamado urgente a la conciencia
Este doloroso episodio no es solo una tragedia aislada. Es un recordatorio brutal de los riesgos que enfrentan los cubanos día a día en las carreteras, donde los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte. La historia de Niurka, de la joven madre que no podrá abrazar a su bebé, y del esposo herido, nos interpela a todos: conductores, autoridades y ciudadanos.
Porque más allá de las cifras oficiales, cada víctima tiene un nombre, una historia, una familia que llora su ausencia. La comunidad de Puerto Padre hoy está de luto, pero también está despierta, exigiendo cambios, justicia y, sobre todo, que tragedias como esta no se repitan.
Cuando el dolor sacude a todos
Mientras las investigaciones avanzan y las autoridades prometen esclarecer los hechos, las familias afectadas cuentan las horas entre hospitales, funerales y salas de espera.
Lo único seguro es que la comunidad lamenta profundamente la pérdida de vidas humanas y las graves consecuencias para quienes quedaron atrás.