
Ciego de Ávila, Cuba – En un contexto marcado por una crisis turística sin precedentes, las autoridades cubanas han decidido continuar con la ampliación del Aeropuerto Internacional Jardines del Rey. Esta obra, ubicada en la atractiva cayería norte de Ciego de Ávila, ha suscitado un intenso debate entre ciudadanos, expertos y actores del sector turístico. La decisión de invertir en la ampliación del aeropuerto plantea interrogantes sobre la viabilidad y la pertinencia de tal proyecto en un momento en el que el turismo en Cuba enfrenta serias dificultades.
Una Inversión en Tiempos Difíciles
El proyecto de ampliación del aeropuerto tiene como objetivo mejorar tanto la infraestructura como la capacidad operativa de la terminal aérea, con la esperanza de atraer a un mayor número de turistas en el futuro. Sin embargo, este enfoque se enfrenta a un dilema evidente: la baja afluencia de visitantes internacionales pone en entredicho la necesidad de esta obra. En los últimos años, Cuba ha registrado una drástica caída en la llegada de turistas, influenciada por múltiples factores, incluyendo una crisis económica persistente, restricciones de viaje derivadas de la pandemia y la pérdida de competitividad en comparación con otros destinos caribeños.
La situación actual no es alentadora. Informes recientes indican que la llegada de turistas ha caído en un 85% con respecto a los niveles pre-pandemia. Este descenso ha dejado a muchos polos turísticos desolados, y la economía local, que depende en gran medida del turismo, se ve amenazada.
Hoteles Vacíos y Vuelos Reducidos
A medida que las autoridades continúan con su plan, la realidad en los destinos turísticos de la isla es alarmante. Muchos hoteles se encuentran operando a capacidad mínima, algunos han tenido que cerrar temporalmente sus puertas y otros se enfrentan a la difícil decisión de despedir a empleados. Las aerolíneas, por su parte, han reducido considerablemente la frecuencia de vuelos hacia Cuba, reflejando una clara falta de demanda.
Este contexto desolador plantea la pregunta: ¿realmente es el mejor momento para invertir en la expansión de un aeropuerto? La respuesta no es sencilla. Para muchos, la decisión de continuar con esta inversión podría parecer imprudente, especialmente cuando se observa que gran parte de la infraestructura turística existente está subutilizada y necesita atención urgente.
La Perspectiva de Expertos
Expertos en turismo sugieren que, aunque es fundamental modernizar y expandir la infraestructura turística del país para el futuro, la priorización en la inversión debería ser revisada en el contexto actual. La falta de visitantes internacionales ha llevado a una saturación del mercado, y muchos argumentan que los recursos financieros podrían ser redirigidos hacia la promoción del turismo interno o la revitalización de destinos existentes, en lugar de una expansión que podría traer beneficios a largo plazo pero que no responde a la urgencia del momento.
Además, críticos del proyecto advierten que una inversión de esta magnitud en un sector en crisis podría desviar la atención de problemas más inmediatos, como la necesidad de mejorar los servicios y la calidad de la experiencia del turista en Cuba. Sin un enfoque renovado en atraer turistas y mejorar la competitividad, los proyectos de infraestructura corren el riesgo de ser un gasto innecesario.
Reflexiones Finales
La ampliación del Aeropuerto Internacional Jardines del Rey representa un escenario complejo en el que se cruzan la esperanza de un futuro próspero para el turismo cubano y la dura realidad de un sector actualmente en crisis. Si bien la inversión podría ser vista como una inversión a largo plazo en la infraestructura del país, la pregunta persiste: ¿es este realmente el momento adecuado para embarcarse en un proyecto de tal magnitud?
A medida que el debate continúa, será crucial que las autoridades cubanas consideren no solo las estadísticas actuales del turismo, sino también las voces de la comunidad local, los inversores y los expertos en turismo. La capacidad de respuesta a las realidades del mercado podría ser la clave para volver a colocar a Cuba en el mapa turístico global, asegurando que cualquier inversión futura sea no solo relevante, sino también eficaz y sostenible.