
Vaticano. La Iglesia Católica enfrenta uno de sus momentos más solemnes tras confirmarse la muerte del Papa Francisco, el primer Pontífice latinoamericano de la historia. Su fallecimiento marca no solo el cierre de un importante capítulo eclesiástico, sino también el inicio de un proceso ancestral: la elección del nuevo líder espiritual de más de mil millones de creyentes en todo el mundo.
¿Qué sucede tras la muerte de un Papa?
La primera medida que toma el Vaticano ante la muerte del Sumo Pontífice es declarar oficialmente la Sede Vacante, una etapa en la que cesan todas las funciones papales. En este período, el Colegio Cardenalicio asume responsabilidades limitadas, mientras se organiza el Cónclave, el mecanismo establecido para elegir al nuevo Papa.
Solo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto, según las normas vigentes del Vaticano. Actualmente, se estima que 135 cardenales cumplen con este criterio y serán los encargados de definir quién asumirá el liderazgo de la Iglesia Católica.
El Cónclave: tradición, secretismo y fe
La elección se lleva a cabo en la emblemática Capilla Sixtina, donde los cardenales se reúnen bajo estrictas medidas de aislamiento para garantizar la privacidad y solemnidad del proceso. Sin contacto con el exterior, votan en sesiones que pueden extenderse por días o incluso semanas, hasta alcanzar un consenso.
El mecanismo de elección exige que uno de los candidatos obtenga una mayoría calificada de dos tercios más uno de los votos. Si no se logra en las primeras rondas, los cardenales continúan deliberando y votando hasta que se alcance dicho acuerdo.
La señal visual del resultado de cada votación es una de las imágenes más icónicas del Vaticano:
- Humo negro: indica que no se ha alcanzado el consenso.
- Humo blanco: anuncia que un nuevo Papa ha sido elegido.
El anuncio: “Habemus Papam”
Una vez que un cardenal acepta su elección, se le pregunta qué nombre desea adoptar como nuevo Papa. Luego es conducido al llamado Cuarto de las Lágrimas, donde se le ayuda a vestir con las vestiduras papales. Posteriormente, aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde el cardenal protodiácono lo presenta al mundo con la tradicional fórmula:
“Habemus Papam” (¡Tenemos Papa!)
Un nuevo rumbo para la Iglesia
El próximo Pontífice heredará una Iglesia en transición, marcada por debates internos, desafíos globales y una comunidad de fieles en búsqueda de renovación espiritual. La elección no solo es un evento religioso, sino también geopolítico, ya que la figura papal influye en temas sociales, migratorios, medioambientales y de derechos humanos en el escenario internacional.