Arestan a ladron en SC

En Santiago de Cuba, donde la delincuencia parece haber encontrado terreno fértil y la policía, excusas, los vecinos han decidido que, si nadie los protege, se protegerán ellos mismos. Esta semana, un grupo de residentes del Reparto Los Pinos demostró que el instinto de supervivencia es más efectivo que cualquier patrullero.

En plena madrugada, un presunto ladrón decidió hacer una visita no invitada a una vivienda ubicada en la calle Santa Bárbara, entre B y C. Lo que no se esperaba es que los moradores estuvieran más despiertos que los propios agentes del orden. En cuestión de minutos, el intruso pasó de ser cazador a presa, capturado por los mismos residentes que no dudaron en inmovilizarlo mientras llamaban a la policía.

Cuando el pueblo es su propio sheriff

El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada informó del hecho a través de Facebook, y el relato es un reflejo del creciente hartazgo de los cubanos frente a una delincuencia desbocada y una policía cada vez más ausente.

“Aún no se conoce la identidad del malhechor, ni si logró llevarse algún objeto de valor”, escribió Mayeta. Pero lo que sí quedó claro es que, en un contexto donde el orden parece haberse fugado, la gente no está dispuesta a quedarse con los brazos cruzados.

En lugar de esperar a que aparezca una patrulla —si es que aparece— los vecinos decidieron organizar su propia operación de captura. No hubo armas, ni sirenas, ni cintas amarillas de “escena del crimen”, solo manos decididas a no dejar pasar otro robo más.

¿Justicia o desesperación?

Lo irónico del asunto es que, pese al esfuerzo vecinal, la historia podría terminar de la manera habitual: el ladrón detenido, la policía que llega tarde al espectáculo y, días después, el mismo ladrón libre, caminando por las mismas calles que intentó saquear.

“Lamentablemente, en unos días volveremos a ver a este ladrón nuevamente libre”, señaló Mayeta. Y no es un pronóstico pesimista, sino un diagnóstico certero de lo que ocurre una y otra vez en los barrios cubanos.

Mientras las autoridades siguen emitiendo comunicados sobre la “seguridad ciudadana”, los vecinos del Reparto Los Pinos han entendido que, si quieren vivir tranquilos, más les vale estar atentos y preparados para actuar. Al final, ¿quién protege mejor a tu familia? ¿Un sistema policial que aparece después de los hechos o un grupo de vecinos decididos a que no les roben ni un plato más?

Un escenario cada vez más común

Este no es el primer caso de “justicia vecinal” en Santiago de Cuba. En los últimos meses, los reportes sobre robos frustrados por los propios ciudadanos han ido en aumento. Lo que antes era un acto aislado ahora parece haberse convertido en una estrategia de defensa ante una fuerza policial que, o no da abasto o prefiere mirar hacia otro lado.

Mientras tanto, los ciudadanos siguen organizándose, creando redes de vigilancia improvisadas y patrullando sus propios barrios. Porque si algo queda claro en esta historia es que, cuando los que deben protegerte no lo hacen, el pueblo toma la justicia por su cuenta. Y en un país donde cada día cuesta más tener algo que proteger, esa justicia puede ser la única que funcione.

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