
Tormentas severas azotan el medio oeste
La tarde y noche del 17 de abril de 2025 quedarán marcadas en la memoria de los habitantes de Nebraska e Iowa tras el paso de una serie de tormentas severas que dejaron un rastro de destrucción. Dos superceldas de larga duración atravesaron el área metropolitana de Omaha y varias comunidades del suroeste de Iowa, produciendo granizos de hasta 4 pulgadas de diámetro —del tamaño de pelotas de béisbol—, ráfagas de viento superiores a los 80 mph y múltiples tornados confirmados por el Servicio Meteorológico Nacional.
Granizo devastador y daños materiales
El granizo fue uno de los protagonistas de la jornada. Videos y fotografías difundidos en redes sociales y medios locales muestran ventanas rotas, techos perforados y vehículos completamente destrozados en ciudades como Fremont, Nebraska, donde los bloques de hielo atravesaron ventanas de hoteles y viviendas, dejando los interiores cubiertos de cristales y escombros. Las calles, patios y tejados quedaron tapizados de hielo, mientras los residentes intentaban protegerse del impacto. En Fremont, el granizo alcanzó tamaños de huevo y hasta de béisbol, causando daños severos en la infraestructura local. Los reportes de daños no se limitaron a viviendas: automóviles, edificios comerciales y hasta instalaciones industriales sufrieron el embate de la tormenta.
Destrucción y alerta constante
Además del granizo, la amenaza de tornados se materializó en varios puntos de la región. El Servicio Meteorológico Nacional confirmó la presencia de al menos un tornado de categoría EF3 al norte de Omaha, cerca de Bennington, con vientos de hasta 140 mph, que dañó varias viviendas y otras estructuras en cuestión de minutos. Otros tornados, de menor intensidad (EF-0), tocaron tierra en áreas rurales y agrícolas de Iowa, afectando granjas, tendidos eléctricos y árboles a lo largo de su recorrido. En total, se reportaron múltiples tornados en Nebraska y el suroeste de Iowa, algunos de los cuales alcanzaron una anchura de hasta un cuarto de milla y dejaron zonas rurales y suburbanas con daños considerables.
Testimonios y respuesta de las autoridades
Los residentes describieron la tormenta como una de las más intensas de los últimos años. El estruendo de los granizos golpeando techos y ventanas, combinado con la oscuridad y la fuerza del viento, generó una noche de tensión e incertidumbre. A pesar de la magnitud de los daños materiales, no se han reportado víctimas fatales hasta el momento, aunque sí se contabilizan heridos y un número importante de damnificados. mLas autoridades estatales y locales trabajan en la evaluación de daños y en la restauración de los servicios básicos, mientras cuadrillas de emergencia retiran escombros y reparan infraestructuras críticas. Se espera que el mal tiempo continúe en los próximos días, por lo que se mantienen las alertas meteorológicas en la región.
Eventos extremos cada vez más frecuentes
Este episodio se suma a una serie de eventos meteorológicos extremos que han azotado el medio oeste estadounidense en los últimos años. Expertos y activistas han vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el cambio climático y la necesidad de mejorar la preparación y resiliencia de las comunidades ante fenómenos cada vez más violentos y frecuentes. La devastación provocada por granizos gigantes y tornados en Nebraska e Iowa es un recordatorio de la vulnerabilidad de la región y la importancia de la prevención, la información oportuna y la solidaridad comunitaria frente a la fuerza implacable de la naturaleza.